En muchas ocasiones, los directivos de las empresas pueden llegar a optar por su crecimiento a través de un proceso de fusión o adquisición sin tener elegida a la empresa objetivo (“target”). El camino para la identificación de las empresas viables en el plan a desarrollar, y posteriormente, la selección del target puede resultar una ardua tarea, no obstante, es el parteaguas del éxito de la operación y por lo mismo no depende del compromiso de una sola persona en una empresa, sino de la totalidad de su equipo directivo.
En el proceso de identificación de los posibles candidatos, primero, se tienen que delimitar las intenciones y objetivos de la propia empresa, posteriormente, definir los criterios de búsqueda y selección, para así finalmente poder proceder a una investigación adecuada de un grupo reducido de candidatos. Es claro que, las respuestas de los dos primeros pasos varían con cada empresa, ya que en cada una de las operaciones de M&A habrá opciones, mínimos financieros irrenunciables y requerimientos de compliance distintos.
Ahora bien, para obtener certeza sobre el primero de los pasos, es decir, la delimitación de los objetivos de una empresa, tomando en consideración que hay distintos tipos de operaciones de M&A en tanto a su naturaleza, se tiene que decidir en qué sector desea involucrarse, o en su defecto, continuar. En el caso de que la respuesta sea relacionada con el involucramiento en un nuevo sector industrial, se tienen que conocer a fondo las razones detrás de la selección, las cuales pueden tener que ver con una relación entre un sector ya cubierto con el que se pretende iniciar, la apuesta por una rama distinta e innovadora de productos o servicios o la defensa, directa o indirecta, de la competencia. Cualquiera que sea la razón, los beneficios a obtener y las expectativas de crecimiento tienen que tenerse en claro. Por otro lado, si una empresa desea continuar en su mismo sector, se debe analizar también la posibilidad de optar por un crecimiento interno y conocer que optar por una fusión o adquisición resulta en el mayor beneficio económico. Finalmente, una vez que se ha decido el sector relacionado con la operación, también se tienen que tomar decisiones en torno al tipo de productos o servicios y el mercado a establecerse, cuyas motivaciones pueden ir de la mano con aquellas existentes en torno a la decisión respecto al sector.
Una vez teniendo en claro el terreno base con las respuestas a los anteriores cuestionamientos, se debe proceder a calcular las tasas de crecimiento de la empresa junto con los niveles deseados de financiación, que puede proceder de la propia liquidez de la empresa, del endeudamiento o de la emisión de nuevas acciones para su suscripción y exhibición. El cumplimiento al plan de financiación y al presupuesto de gastos contribuirá a mantener en equilibrio el endeudamiento de la propia empresa adquiriente. Delimitado lo anterior, analizadas las empresas identificadas como viables, una vez comparados los resultados, resultará mucho más sencillo decidir la empresa target, siendo esta a fin de cuentas, aquella que represente el mayor beneficio.