Por: Lizbeth Jiménez
La creciente conciencia ambiental y las demandas de sostenibilidad han transformado la regulación ambiental en México. El principio de precaución, fundamental en el derecho ambiental, destaca la necesidad de medidas que prevengan el daño al medio ambiente, incluso en ausencia de pruebas científicas concluyentes. Las empresas deben considerar esta premisa en su estrategia de negocios.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha respaldado este enfoque, subrayando la importancia de la responsabilidad empresarial en la protección del medio ambiente.
Por ello, garantizar el cumplimiento de las obligaciones ambientales es esencial para las empresas. Pueden encontrar un desafío en la extensa naturaleza del marco normativo, que abarca múltiples leyes generales, reglamentos y Normas Oficiales Mexicanas. Entre las principales obligaciones se encuentran:
- Evaluaciones de Impacto Ambiental (EIA), incluyendo las condicionantes que impongan.
- Licencias de emisiones atmosféricas. Pueden ser Licencias Ambientales Únicas o Licencias de Funcionamiento según el proyecto.
- Planes de Gestión de Residuos. Dependerán de los tipos de residuos generados.
- Obtención de las autorizaciones necesarias para el suministro y descarga de agua.
El cumplimiento de estas autorizaciones variará según la competencia del proyecto, las regulaciones estatales y las características específicas del mismo, como la peligrosidad de las actividades. Evaluar rigurosamente proyectos antes y durante su desarrollo además de prevenir sanciones legales y daños a su reputación, fomenta la innovación sostenible y el liderazgo en el mercado.
Para ello Vega, Guerrero & Asociados cuenta con abogados altamente capacitados para dar atención y asesoría oportuna a las empresas respecto a este tema.
